domingo, 16 de diciembre de 2012

Álvaro Gonzalbo recomienda leer: La tenebrosa historia de la isla Tiki

 LA TENEBROSA HISTORIA DE LA ISLA TIKI

      Estás de vacaciones con tu prima Gina en la isla Tiki. De pronto, empiezan a suceder extraños sucesos en los cuales vas investigando, pero tienes muchas y distintas opciones. Tu aventura va cambiando si eliges una u otra y si escoges un final u otro, ya que cada opción te conduce a uno diferente. Hay un objeto mágico, que es el ojo de Tiki, pero también hay diferentes tesoros. Puedes seleccionar hasta veinte historias diferentes.
     
      Os recomiendo este libro a todos, ya que es un tipo de lectura de aventuras diferente a lo que se está acostumbrado a leer; es muy interesante porque que tiene distintos finales y no se lee en orden, con lo cual es algo innovador, atractivo e ingenioso. Es divertido ir eligiendo el final del libro que tú prefieres.

                                                                                                    Álvaro Gonzalbo. 4º A



 FICHA DE LECTURA

TÍTULO ORIGINAL: The Twisted Tale of Tiki Island.
TRADUCTOR: Mireia Blasco.
PÁGINAS: 137
IDIOMA: Español.
PUBLICACIÓN: 2001.
GÉNERO: Terror y aventura.
EDITORIAL: Ediciones B, grupo Z (R.L.Stine)
CATEGORÍA: Infantil y juvenil

Relato corto


 Extraña amistad

           Aquella mujer infundía calidez y confianza. Natalia acababa de conocerla; apareció por arte de magia ante su puerta, con su perro Nut. Se había escapado esa misma mañana por un despiste de Marco, el hermano pequeño de aquella niña pelirroja con el pelo rizado, pecas en la nariz y ojos marrones, insegura y solitaria que se escondía en sí misma; se escondía del mundo. Sin embargo aquella señora alta, morena y algo extravagante había logrado captar la curiosidad de la pequeña Natalia. 
          Al llegar con el perrito en los brazos, los padres de los dos niños invitaron a Celia (así se llamaba) a entrar y tomar un té para agradecerle todo lo que había hecho. 
 
-Pase, pase, señora, por favor- dijo la madre, muy educadamente, echándose a un lado, permitiéndole la entrada a Celia.
-Muchas gracias…
-Marta, me llamo Marta. Y muchas gracias a usted. ¿Cómo sabía que el perro era nuestro?
-Les he estado viendo cada mañana pasar por delante de mi casa paseándolo. Era muy agradable ver cómo iban todos a dar un paseo en familia. Soy la vecina de tres casas más allá, y vivo sola. Soy muy curiosa y ustedes me llamaron la atención. Esta mañana vi a… ¿Nut?
-Sí, así es. 
-Bueno, prosigo: lo vi y salí, preguntándome la razón por la que no estaba con ninguno de ustedes. Lo cogí, y aquí estoy.
-Muchas gracias, señora, es que… me dejé la puerta abierta y se escapó…- dijo Marco, que acababa de bajar de su habitación.
-No hay de qué cariño. 
 
           Durante todo ese tiempo, Natalia estuvo observando los acontecimientos escondida tras la puerta, detalle del cual Celia se había percatado.
           Días más tarde, la niña apareció en su casa. No dijo nada, sencillamente la hizo entrar, y tras duros esfuerzos de aquella mujer de entrada edad, logró escuchar cortas, pero palabras de la pequeña. Nadie lo pensó, pero gracias al hermano pequeño y a su perro, comenzó la extraña amistad entre la anciana y la infantil autista, que al fin entró mínimamente en nuestro mundo.
       
                                                                                                            Gaela Manzano. 4ºB

sábado, 8 de diciembre de 2012

Un relato de Gaela Manzano

SUEÑOS

-Hola mi vida. Hoy es el gran día. Demuéstrales a todos lo que vales.

Aquel era el gran día. Por fin, Natael iba a silenciar todos los murmullos y las habladurías a su espalda de todo el colegio, de por vida. Iba a mostrar su talento, del que todos se burlaban por el estereotipo de ser “un deporte para chicas”; sin embargo eso le había hecho más fuerte. Pensar que era diferente a los demás, aunque lo pagase día a día con acosos en la escuela, le hizo una persona deseosa de conseguir sus metas; de cumplir sus sueños.

Esa mañana iba a participar en una pequeña competición, que, más tarde, lo llevaría a ser el patinador más grande del país. Aquel chaval de siete años era increíblemente bueno, sabiendo hacer piruetas y saltos casi como el mejor. Había empezado a patinar antes que hablar, en una pequeña pista, cerca de su casa. Él no quería ir al parque a jugar o realizar cualquier otro pasatiempo que pudiese interesarle a un niño. El hielo bajo sus pies le producía un sentimiento de… fugacidad. Sí, eso era; se sentía como una estrella fugaz, surcando el hielo en lugar del espacio. Sentía que era mejor que cualquier persona que lo rodease, y por ello le gustaba de ese modo. Todo el mundo siempre le había dicho que ese sueño no podría cumplirlo; que era un chico y que jugase al fútbol o al baloncesto. Pero no pensaba que pegarle a un balón tuviese sentido lógico; lo veía como una pérdida de tiempo, además de que su cabeza era un imán para los balones, y no le gustaba jugar en equipo, ya que no lo aceptaban.

-Sí papá, ya me levanto- dijo él. Su padre lo había apoyado en todo momento, ya que, de pequeño, también deseaba realizar un sueño, que al final no logró porque sus padres se negaron, y sin su permiso no podía llegar a más en el mundo de la música. Él quería cantar, pero tenía una voz tan angelical que sus padres sentían vergüenza de su propio hijo.

Natael se levantó y se vistió con unas mallas ajustadas, que iban formando una sola pieza que cubría todo el cuerpo. El azul marino marcaba el contorno de unas llamas, cuyo interior estaba relleno de un tono más claro… un tono congelado. El diseñador lo había creado especialmente así, diciendo que eran llamas de hielo. Muy paradójico; sin embargo, original para que a los jueces les llamase la atención. Desayunó unas tostadas con tomate y aceite, una manzana y una mandarina. Se lavó los dientes, se puso unas zapatillas y una sudadera, peinó su revuelto pelo oscuro y rizado, miró sus ojos grises en el espejo y subió al coche, donde lo esperaban sus padres.

El maquillaje que le ponían al llegar era la peor parte. No le gustaba maquillarse, sentir el tacto pegajoso le producía escalofríos. Mientras resistía el asco, iba escuchando nombres y música, así como la puntuación de los demás participantes. Era el último, puesto que iba por orden de edad. No estaba en absoluto nervioso. Es más, estaba eufórico. Sentir que iba a mostrarse al mundo era una nueva sensación, y para un crío de siete años eso era amplificado. Si ya de por sí son posesivos, él en su cabeza sentía que el mundo iba a ser suyo durante esos tres minutos y cuarenta segundos que duraba la canción.

De repente, en un momento en el que se había distraído pensando en la córeo, escuchó su nombre resonando por toda la pista. -“Por fin”- pensó- Se quitó las protecciones de las cuchillas y entró en la pista. Ya notaba el roce con el hielo; su olor. Lo sentía en sí mismo; formaba parte de él.

Se situó en el centro de la inmensa superficie helada, en la posición establecida en la coreografía. Esperando a que comenzase la música, no se oía ni un ruido. Todo el mundo estaba en silencio, admirando al pequeño valiente situado delante de todo el público.

Sonó la música lenta del principio de la canción que Natael tan bien conocía, y comenzó a moverse al ritmo de ella. Clavó un salto tras otro; triple, pirueta, doble axel… Una perfecta combinación, y aún más si se realizaba perfectamente como él logró.

Al terminar, salió satisfecho de la pista, abrazando a sus padres con una sonrisa pícara en la cara. Se sentaron y escucharon las puntuaciones. Solo quedaba saber quién era el vencedor. Al oír que el primer puesto era suyo, nadie más volvió a infravalorarlo; es más, fue el orgullo de su país, su familia y todos los niños del colegio que se metían con él. Nadie volvió a juzgarlo por quién era, sino por cómo patinaba. Y jamás volvió a ser una mala crítica.

                                                               Gaela Manzano.  4º B


domingo, 2 de diciembre de 2012

Patricia nos recomienda leer: Canciones para Paula


CANCIONES PARA PAULA

Paula es una adolescente de dieciséis años que conoce a Ángel, un periodista de veintidós, en un foro de música. Dos meses más tarde deciden conocerse en persona, pero Ángel llega tarde a su cita con Paula por culpa del trabajo. Mientras él le hace una entrevista a Katia, una famosa cantante, Paula conoce a Alex, un chico muy guapo que quiere ser escritor. Poco más tarde llega el periodista a su cita y a partir de ahí viven varias aventuras inolvidables. Katia está comenzando a sentir algo por Ángel pero él la rechaza, está enamorado de su novia. Lo que él no sabe es que su novia, Paula, tiene varios admiradores que sienten muchísimas cosas por ella.

                Este libro está lleno de amor, besos no correspondidos, sentimientos, confianza, amistad, mentiras y la ocultación de la verdad a padres. Recomiendo este libro porque es una novela muy cercana a la realidad de los adolescentes y al mundo de las redes sociales. Personalmente me ha encantado porque en muchos momentos me he sentido identificada con Paula y sus amigas. Narra hechos que les pueden suceder hoy en día a los adolescentes y lo hace de una manera muy directa y con un estilo que engancha.  Además, me ha gustado mucho que recurra a canciones modernas para mostrar lo que los personajes sienten en cada momento.

                                                                                        Patricia Rubio.   4º DV




                                                                            FICHA DE LECTURA:
·         TÍTULO: Canciones para Paula
·         AUTOR: Blue Jeans
·         EDITORIAL: Everest
·         GÉNERO: Novela romántica
·         NÚMERO DE PÁGINAS: 678