Extraña amistad
Aquella mujer infundía calidez y confianza. Natalia acababa de
conocerla; apareció por arte de magia ante su puerta, con su perro Nut. Se
había escapado esa misma mañana por un despiste de Marco, el hermano pequeño de
aquella niña pelirroja con el pelo rizado, pecas en la nariz y ojos marrones,
insegura y solitaria que se escondía en sí misma; se escondía del mundo. Sin
embargo aquella señora alta, morena y algo extravagante había logrado captar la
curiosidad de la pequeña Natalia.
Al llegar con el perrito en los brazos, los padres de los dos niños invitaron a Celia (así se llamaba) a entrar y tomar un té para agradecerle todo lo que había hecho.
Al llegar con el perrito en los brazos, los padres de los dos niños invitaron a Celia (así se llamaba) a entrar y tomar un té para agradecerle todo lo que había hecho.
-Pase, pase, señora, por favor- dijo la madre, muy educadamente, echándose a un lado, permitiéndole la entrada a Celia.
-Muchas gracias…
-Marta, me llamo Marta. Y muchas gracias a usted. ¿Cómo sabía que el perro era nuestro?
-Les he estado viendo cada mañana pasar por delante de mi casa paseándolo. Era muy agradable ver cómo iban todos a dar un paseo en familia. Soy la vecina de tres casas más allá, y vivo sola. Soy muy curiosa y ustedes me llamaron la atención. Esta mañana vi a… ¿Nut?
-Sí, así es.
-Bueno, prosigo: lo vi y salí, preguntándome la razón por la que no estaba con ninguno de ustedes. Lo cogí, y aquí estoy.
-Muchas gracias, señora, es que… me dejé la puerta abierta y se escapó…- dijo Marco, que acababa de bajar de su habitación.
-No hay de qué cariño.
Durante todo ese tiempo, Natalia estuvo observando los acontecimientos escondida tras la puerta, detalle del cual Celia se había percatado.
Días más tarde, la niña apareció en su casa. No dijo nada,
sencillamente la hizo entrar, y tras duros esfuerzos de aquella mujer de
entrada edad, logró escuchar cortas, pero palabras de la pequeña. Nadie lo
pensó, pero gracias al hermano pequeño y a su perro, comenzó la extraña amistad
entre la anciana y la infantil autista, que al fin entró mínimamente en nuestro
mundo.
Gaela Manzano. 4ºB
No hay comentarios:
Publicar un comentario