Carta V:
Sí, ya estoy en la maravillosa
Roma. Como todos los días nos hemos levantado pronto, hemos desayunado,
recogido todo y hemos subido las maletas en el autobús. Antes de seguir
explicándote el día, te tengo que contar el “problemita” que hemos tenido con
el conductor del bus. El itinerario era pasar primero por Siena y luego llegar
a Roma. La cosa era que teníamos que llegar a Roma pronto porque no sé a que
hora teníamos una visita de la ciudad en el bus mientras una guía nos explicaba
las cosas que íbamos viendo. El conductor se encabezonó con que no nos iba a
dar tiempo a ver Siena, pero aún así la visitamos. Tú sabes que tenía muchas
ganas de ver Siena porque aparece en una película que me encanta Cartas a
Julieta. También tenía muchas ganas de ver Verona porque la película
comienza en esa ciudad, fue una pena no poder verla. ¡Por cierto! Como no
pudimos visitarla la agencia nos ha recompensado con una visita guiada de la
Roma barroca. No sé que monumentos pertenecen a la Roma barroca pero supongo
que la visita estará bien.
La verdad es que visitamos muy
rápido Siena, no estuvimos en la ciudad más de dos horas. Visitamos la famosa
plaza donde se corren carreras de caballos, vimos por fuera la Catedral de
Siena y, por último, visitamos una basílica que creo que es la Basílica Cateriniana donde estaba la cabeza de Santa
Catalina, no sé si sería de verdad, pero daba mucho repelús. Lo peor fue que
estaba lloviendo un montón y hacía un viento terrible, pero por lo demás la
visita estuvo bien.
Cuando llegamos a Roma,
directamente hicimos la visita guiada en el bus; no pasamos por el hotel. En la
visita guiada, la señora nos iba explicando lo que íbamos viendo y nosotros
hacíamos fotos. Luego fuimos a cenar a un restaurante que parecía subterráneo
ya que para entrar tenías que bajar unas escaleras.
Por fin, fuimos al hotel. ¡Está
genial! ¡Al fin un hotel aceptable! El cuarto de baño tiene bañera y todo, cosa
que no había en los otros hoteles; aunque no pretendo bañarme, obviamente, pero
para que veas lo entusiasmada que estoy. Esta noche voy a dormir genial con
estas camas tan blanditas. El hotel también tiene tienda, si me sobra algo de
dinero me compraré algo en ella. Aunque lo más importante no es el hotel si no
la ciudad. ¡Estoy en Roma! Tengo unas ganas tremendas de volver a verla porque,
como tú ya sabes, ya he estado en ella.
Inés Vega Buceta. 4º B