Carta II
Hoy nos hemos despertado a las 7, nos hemos vestido y hemos bajado a desayunar. Como era de esperar, el desayuno también era malísimo. Simplemente nos han puesto unos trozos de pan duro, mermelada, mantequilla y una taza de Colacao.
Después del “gran” desayuno, hemos ido a por las mochilas y nos hemos montado en autobús para coger el vaporetto que nos llevaría a Venecia.
Catedral de San Marcos
¡Ah! Se me ha olvidado contarte algo que pasó ayer justo cuando terminé de escribir la anterior carta. Cuando acabé de escribir, todas estábamos ya en la cama dispuestas a dormir, entonces nos pusimos a hablar y a reírnos. De repente, alguien llamó a la puerta, nosotras paramos de reírnos. Preguntamos quién era, pero no contestaban. Yo le decía a mis compañeras que abrieran, ya que yo no podía porque estaba en la litera de arriba, pero como no contestaba la persona que estaba al otro lado de la puerta no querían abrir. Después de que llamara como diez veces, decidimos abrir, era uno de nuestros profes. Nos echó la bronca porque nos estábamos riendo a carcajada suelta y, además, porque tardamos en abrirle la puerta. A nosotras no nos pareció muy normal que nos regañara, pero no voy a entrar en críticas. Por ello, desde entonces, tenemos el mote de “Malotas”.
Puente de Los Suspiros
Cogimos el vaporetto para llegar a Venecia ya que nuestro hotel está en El Lido. En cuanto llegamos, comenzamos a visitar la ciudad. Vimos el Puente de los Suspiros, el Puente Rialto, la Plaza de San Marcos, la Basílica de San Marcos y, por supuesto, montamos en góndola. Montar en góndola es una experiencia genial y si alguna vez vas a Venecia tienes que subirte en una. La tarde entera la hemos pasado de compras. Me he comprado una máscara y un cuadrito de Venecia de esos que tanto me gustan.
Venecia vista desde el vaporetto
Han sido tantas horas de tiempo libre que nos hemos llegado a aburrir y a sentarnos en la Plaza de San Marcos. Incluso nos hemos puesto a jugar con las palomas que había en la plaza y eso que a mí me dan un asco terrible. Luego hemos cogido otra vez el vaporetto y hemos vuelto al hotel.
Me tengo que bajar ya ha cenar, espero que la cena este un poco mejor que ayer. ¡Deséame suerte!
Vistas desde el Puente Rialto
Inés Vega Buceta. 4º B
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