lunes, 3 de junio de 2013

Viaje de fin de curso de 4º de la ESO a Italia


               Carta I:

    Hoy me he despertado a las cuatro de la mañana, es decir, que he dormido unas cinco horas. Cuando ya estaba vestida y desayunada, me he ido al Instituto. Como diría mi padre, a esa hora no están puestas ni las calles. Al llegar al Instituto ya estaban los profesores y algunos compañeros. La gente ha ido llegando mientras dejábamos las maletas en el autobús y nos subíamos en él. Cuando ya estábamos todos, nos pusimos en marcha en dirección al aeropuerto.
   Sigo pensando que no hubiera hecho falta despertarnos tan pronto, porque en el aeropuerto tuvimos que esperar un buen rato. Cuando todos facturamos las maletas, los profes nos dijeron que teníamos que esperar para embarcar, así que, nos quedamos literalmente tirados en el suelo esperando a poder pasar el control y a embarcar. Por fin nos levantamos y nos dirigimos al control. Cuando lo pasamos, pudimos embarcar.
    Fue un vuelo sin complicaciones y en seguida estuvimos en Milán. En el aeropuerto fuimos a por las maletas. Un compañero había perdido las ruedas de la maleta, sí las ruedas, así que tenía que llevarla como quien lleva un baúl. Por ello, un profe tuvo que acompañarle para poner la queja requerida. Así que, allí estuvimos perdiendo el tiempo en el aeropuerto de Milán.
   Cuando llegó el autobús, nos subimos a él y nos dirigimos hacia Milán. Entonces los profesores nos dijeron que no íbamos a poder ir a Verona ya que el plan era visitar Milán, pasar por Verona y llegar a Venecia. Pero a causa de que el vuelo se retrasó un poco y el problema de la maleta, no pudimos ir. Así que visitamos Milán.
   En Milán vimos la catedral y las galerías. Después, cada uno se fue a comer donde quiso. Nosotras comimos en un sitio en el que la gente de fuera veía cómo comíamos, es decir, estábamos como en una barra, pero delante de nosotras había un cristal y la gente de fuera veía como nos comíamos la pizza. Es el sitio más peculiar en el que he comido.
   Cuando todos terminamos de comer nos dirigimos al autobús y nos pusimos en marcha dirección Venecia.
   Fueron cuatro horas de viajes que parecían interminables. Para pasar el tiempo cantamos, hicimos el tonto, escuchamos música, grabamos vídeos, dormimos,...
   Al llegar a Venecia cogimos las maletas y nos dirigimos al hotel. El hotel es bastante malo. No sé dónde le ven las tres estrellas, la verdad. La cena que nos han dado malísima, la carne más seca que la suela de un zapato. Las habitaciones prácticamente destrozadas. Tendrías que ver los baños de las habitaciones de los profes. No tienen plato de ducha, solo una cortina y la alcachofa de la ducha. Es de risa.
   Ya estoy en la cama, en pijama, preparada para irme a dormir. Mañana me espera un largo día visitando Venecia. ¡Buenas noches!

                                             Catedral de Milán




                                                                                                 INÉS VEGA. 4º B

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